Que no te pese nada...





Acabo de comer con mi madre... hablamos de cosas normales, tranquilas... me comparte anécdotas de gente entrañable y me sorprende con la edad de personas muy queridas para mí... aquellas que reposé en sus 50 y siento que no se hacen mayores como si los únicos que crecieran en este Universo fueran los más pequeños... en mi casa tenemos por costumbre celebrarlo todo, me sumo a la tradición... y no sólo los cumpleaños sino las fechas que atesorarán años bien para el olvido, bien para el crecimiento, bien para los anécdotas... como los que cuenta mi mamá.

Son días de celebración por un año que me desplumé de mis vergüenzas, que perdí el sentido del ridículo por amor, que me golpearon con caricias, que fui egoísta por supervivencia, que restauré de forma artesana y "me mimo" las varillas de mi paragüitas... porque un 18 de enero me quedé descalza bajo la lluvia y la humedad me devoró... pero este año si llueve, saltaré en los charcos... para luego tenderme al sol!

El domingo me escapé a respirar entre las nubes en buena compañía... el viento susurraba cosas preciosas que hablaba de luz, de comienzos, de sensaciones lindas... magia por descubrir... adelante!

Mi pistoletazo de salida... Campanilla!

Tampoco es necesario salir a atragantarse... sólo uno mismo sabe la verdad absoluta de su alma, sólo dos personas conocen los límites del silencio y llega un punto en el que es necesario vocear que tras muchos ecos sin vuelta, antes que lo destartalado se despedace... hay que disfrutarse entre paisajes llenos de oportunidades, reconocer el camino que dentro de unos días se cubrirá por completo de ese estremecedor sigilo que copo a copo va posando la nieve. Me gusta la nieve, me arropa su quietud.






Suenan todos los instrumentos de cuerda... son el viento que viene a orear las emociones y sientes ese deseo eterno de abrazarte a un abrazo... y el abrazo no pesa... nada pesa!




Y llega una canción que vuelca tus palabras... y el viento arrastra las nubes para dejar salir el sol... cálido sobre las montañas, sobre la piel... sobre la sonrisa tamizada.




Comentarios

  1. Inmaculada Garcia Mier16 de enero de 2015, 20:49

    Sabes plasmar todo el sentimiento y carga emocional, que suelen llevar consigo, las costumbres mas cotidianas, y me haces que viva, esas pequeñas grandes cosas de la vida, las cuales, todas forman parte de la historia de cada uno.
    Un placer descubrirte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Inmaculada... qué bonito me acabas de escribir... el descubrimiento es mío amiga, mío! Te abrazo fuerte, fuerte! Muacc

      Eliminar

Publicar un comentario

Me encanta que te asomes a este rincón ... saber que a todos nos gustan las cosas que tocan el corazón! Gracias por recrearte un poquito conmigo ...

Entradas populares