Y si el corazón se congela...

Asusta, verdad? Cuesta imaginar que pueda pasar pero el corazón requiere mimos, que le lleguen las señales del cariño, del abrigo de un abrazo, pecho con pecho, piel, calor de amor y cuidados... ayer una persona muy importante para mí y que siempre ha velado por mi descanso, me recordó lo importante que es dormir. Recordar los sueños.

En mi vida, he robado muchas horas al sueño... a veces por disfrute, otras por sobrecarga de trabajo, en ocasiones por preocupaciones y esa inquieta inquilina "angustias" que no te deja, no te deja... ponerte en OFF.

Muchos cambios de hábitos... hubo un tiempo que a algunos encuentros los llamaba compromisos y ahora se multiplican los momentos en los que acudo porque quiero ir porque ir por ir es estar y no ser. Mi guiño a Mario San Miguel.

En las madrugadas de insomnio... dejo tendidos mi camisón y el corazón para que se oreen a merced de las horas, con el viento sur o la quietud que precede a la tormenta... cuando llega la noche me visto de su frescura y con los pies descalzos y los pensamientos en la almohada me envuelvo en una nube y... sueño.

Flores de livanda...

Decía Henry Miller que "el destino de uno nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas"... me llevo esta frase a mi descanso y duermo. Hasta mañana...


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