Dos localidades vacías son sólo un libro en blanco y un "érase una vez"...

Hoy tengo ganas de escribir, me lo pide el corazón, casi tantas como de llorar por la cantidad de emociones enfrentadas... y como dicen que desbordarse de lágrimas es bueno porque purifica el alma, supongo que escribir hoy me hará bien.

Esta madrugada marchó mi madre... no dramaticemos que no es como la mamá de Marco pero bueno, sí que me deja un vacío egoísta en mi ahora. Lo importante es que se va a pasar unos días con "su chico" y regresará más bonita que nunca! Nos hemos abrazado muchísimo, verdad Mamá? Por primera vez en mi vida no he sentido pudor en confesarte que no quiero correr en dirección contraria a las heridas... vamos a dar con el ungüento que las cicatrice y recuperaré todo, me pondré redonda de felicidad... que flacucha se me acentúa la barbilla de bruja y no lo soy!



Le compartí a un amigo a quien sin lugar a dudas se lo dedicaré, que quiero empezar a escribir mi libro lleno de páginas en blanco, comenzarlo con mi nombre, pero no, he cambiado de intención. Será un clásico, ÉRASE UNA VEZ... por tantas ocasiones que encontrara refugio en esas tres palabras durante mi infancia pero sobre todo porque tras desatascar literalmente el buzón ayer tarde cuando llegaba a casa... una caligrafía preciosa y en su interior entre revuelo de mariposas y un desatado cariño, una pulsera que lleva grabado ÉRASE UNA VEZ... creo que podría destinar un capítulo entero intentando transcribir lo que este regalo ha provocado en mí. Cris... qué puedo añadir... se ha convertido en mi talismán!

Tus renglones son puro sentimiento y te leo, y te releo... me reconozco, soy yo, sí, moi même... gracias Cris por no esperar ni un día más para compartírmela, llegó en el minuto preciso para que dos localidades vacías pudieran ser el comienzo de una historia en blanco, como tú lo expresas "... y es que somos portadoras de nuestra propia historia".

Vinieron a buscarme mis buceadoras para ir al cine, tuve tentaciones de pasar por casa de mis padres a darle otro beso a Mamá pero tuvimos nuestra despedida a mediodía, la nuestra, la sentida... llevo una vida estando en todo con amor pero no estar anoche fue igual de importante para mí. Sincero. 8 Apellidos Vascos era la película... me entretuvo, me reí... un mensaje de espontaneidad para rematar el día que provocó una sonrisa, volví a leerte Cris, te mandé un último WhatsApp Mamá, me acosté en silencio, sola, pero con una sensación de paz indescriptible.

Érase una vez... bendigo cada encuentro en mi camino!


Gracias Cris. Me abrazo a Mariela, tú sirena. Bendita Tu Luz... Maná y Juan Luis Guerra.

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