Empieza una nueva historia que se llama 2014...

A veces queremos convencernos de que es una noche más y lo complejo viene cuando tu corazón no lo siente así...  te esfuerzas en darle naturalidad pero despedirse de todo un año tiene su miga en todos los aspectos, si fue malo porque las expectativas puestas en el Nuevo Año son inmensas,  mientras que si resultó bueno, confías que, cuando menos, se resuelva parecido.

Pasé un día tranquilo con mi pequeña en casa recapitulando momentos, iniciativas... visioné algunas fotos que me arrancaron sonrisas y otras nostalgia. Hablé con quien quise y con quienes no pude les pensé. No estuve muy operativa por estos rincones pero me disfruté en silencio. Antes de cambiarme para la cena, me senté un ratito con mi piel, me serví una copita de vino-blanco y me brindé por el 2013. No hice balances, sólo un guiño de agradecimiento por la salud, por la constancia, la paz esa que mana de dentro y el amor, sí el amor... con todos sus recovecos.




Quiero que me sobre valor y determinación para este año que estrenamos. Continuar siendo tan imperfecta como cariñosa. Cuajada de debilidades me equivoco y aunque no responda a las expectativas de todos, no dejaré por ello  de latir porque un proyecto importante cobró vida en el último tercio del año y voy a continuar apostando por la ilusión y lo más importante... a quererme muchísimo.

En la calle hace frío y escribo mi nombre en el cristal empañado... en la distancia un cohete que se me antoja una estrella fugaz al revés y pido un deseo... suspiro.

Hoy escucho música con todos los sentidos despiertos...

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Me encanta que te asomes a este rincón ... saber que a todos nos gustan las cosas que tocan el corazón! Gracias por recrearte un poquito conmigo ...

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