La fuerza de vivir...
Recupero mi insomnio porque vuelven las ganas de abrirme el esternón y asomarme a mis latidos. Rehabilito mi creatividad como quien sube y baja montañas. Descanso en cada valle. Viajo a diario con mi libreta a todos sitios y al final cualquier sobre , servilleta usada o el reverso de una entrada de cine me vale, adapto el tamaño de mi caligrafía al espacio y escribo, escribo porque las vacaciones reajustan el aprendizaje de aprender a vivir sin rutinas, recuperan horas de descanso y mimos para seguir creciendo… mejoro y entinto renglones… y curiosamente descubro que me hace bien tras página y media de improvisación entre garabatos y anotaciones. Había olvidado lo que era ser buena conmigo misma! Disparo atardeceres envueltos de una luz que ciega, las siluetas se desdibujan… silencio. El silencio ahuyenta cualquier tipo de tus huellas sobre mí y procuro sacar los colores al color para no olvidar que hemos tenido toda una pequeña vida juntos pero empiezo a distorsionar t