Supongamos que hablo de mí...

Me apellido ‘REVUELTA’, quizá es por eso que me cuesta tanto encontrar la calma o que en esta familia, de inagotables trabajadores en la que me he criado, parece que hemos de estar siempre ocupados. Bueno, tampoco nos imaginéis cual hormiguitas en una cadena sinfín que, cuando nos volvemos cigarras cada sábado de sobremesa familiar, somos unos auténticos artistas a la hora de descalzarnos, provocar risas y abrazos. Somos. Mi familia es mi flotador constante. Mi motor.
Es curioso como muchas personas me preguntan que “cómo lo hago”, “que cómo me da tiempo a todo” … trabajo, ‘La nave Q late’, mi niña, mi casa, la fotografía… y lo cierto es que ya va siendo el momento de responderme  y de no sentirme avergonzada por ese mordaz sentimiento de falsa modestia cuando me lo plantean.

Me mueve la ilusión, ésa es la premisa… la misma que la de esa niña con su artesano molinete a merced del viento. Según en la circunstancia de vida en la que me encuentre o te cruces en mi camino podré argumentarte que hubo un tiempo que lo hice para no pensar. Otras veces por ese sueño absurdo o no quese repetía desde pequeña; yo, que no me soy empresaria, cada noche me acostaba con el firme propósito de dar trabajo y ésa era mi nana.
En otras ocasiones la actividad se dispara por una idea y si es en grupo, vuelo. Literal.
Tampoco puedo olvidar esas etapas de no saber decir NO aun peligrando la salud mental. O por mi adicción a querer ayudar, pecando de insistente. No tengo freno. Estoy en fase de superación. No prometo nada.
A ver… sí, también hay EGO, de ése estamos todos sobrados pero ya no me miro en su espejo como antaño. Nos llevamos bien y sabemos nuestras limitaciones. En esta vida no se puede morir de éxito por eso camino a mi ritmo, sin agobios, ni competencias. El ser humano es la máquina perfecta y también la más frágil… lo llamamos debilidad, cae en picado cuando no es coherente con sus pensamientos y sus actos. Paro aquí o comenzaré a fluir por una senda que en mi ahora no tengo ganas de descubrir. Todo se coloca y recoloca al ritmo de nuestros latidos… pom pom, pom pom…
La semana que viene me voy de vacaciones, tiempo libre para disfrutar de ‘NO HACER’, para ‘siestear’ bien desde madrugada, para encajonar el ‘segundero’ y vivir de luz, para cuidarme, para resetear las emociones, para hacer lo que más me gusta, para comer rico y beber en compañía, para hacer fotos y crear, para bailar de felicidad con mi pequeña, para leer poco pero adoro llevar ese libro a la playa que luego regresa gordito de arena, para mi piel… para ‘#mimeconmigo’. Ser ociosa hasta para compartir mis fotos en ‘Instagram’ que si últimamente no hago es porque no tengo tiempo y no sé hacerlo con prisa o por el mero hecho de publicar, de someterme a una cadencia que no necesito… escribo para mí, publico para mí y si de este diario de vida virtual algo te aporto desde la sensibilidad o la creatividad, ya soy feliz. Infinitamente feliz. Escribir… ays escribir, ponerle letras a la brisa o a una sonrisa. Me encanta.
Todo esto ‘next week’ porque hoy, hoy comienza la frenética locura de trabajar con una gente increíble en el Santander Music Festival 2017. Un equipo de locos muy cuerdos que apuestan por una iniciativa que inyecta vida durante tres días del año a todos cuantos se adentren en nuestra Península de la Magdalena para vivir ‘EL FESTIVAL’ mientras retumba la campa. Locos genuinos con alma, que cuidan el encanto y provocan experiencias. Doy fe de ello. ¡Me voy a VIVIR! ¡Me voy a ver volar mi molinete!

Comentarios

Entradas populares